CULTURA
CULTURA REVOLUCIONARIA
CULTURA PROLETARIA Y ARTE PROLETARIO
León Trotski
Toda clase dominante crea su propia cultura, y en consecuencia, su propio arte. La historia conoce la cultura esclavista de Oriente y de la antigüedad clásica; la del feudalismo en la Europa medieval y la moderna cultura burguesa. De esto parecería deducirse que también el proletariado tiene que crear su propia cultura y su propio arte. La cuestión, sin embargo, no es tan fácil como parece a primera vista. La sociedad en la que los dueños de esclavos eran las primeras figuras, subsistió durante muchos años, lo mismo que el feudalismo. La cultura burguesa, aunque sólo consideremos que empezó abiertamente en su primer desarrollo impetuoso, o sea en el Renacimiento, existe también desde hace ya cinco siglos, aunque sólo alcance su verdadero esplendor durante el siglo XX, y, para precisar más, en su segunda mitad. La creación de nueva cultura alrededor de la clase dominante exige, como enseña la historia, una larga gestación, cuyos frutos más perfectos no son muy anteriores al punto de arranque de la decadencia económica y política. ¿Tendrá tiempo el proletariado para crearse una cultura "proletaría"? En contraste con el régimen esclavista, feudal o burgués, el proletariado considera que su dictadura que es sólo un breve período transitorio. Si queremos salir al encuentro de opiniones demasiado optimistas acerca del paso al socialismo, recordemos que el lapso de la revolución medido en escala mundial, no será de meses, sino de años y décadas... Tampoco abarcaría siglos o milenios. ¿Puede en este plazo crear el proletariado una nueva cultura? Estamos autorizados a adudarlo, porque los años de la revolución social presenciarán enconadas guerras civiles y cruentas luchas de clases, en las que la magnitud de la destrucción sobrepasará la de cualquier actividad constructora. En todos los casos, la energía del proletariado se dirigirá, antes que nada, a la conquista del poder, a su conservación y aprovechamiento, a disminuir las principales necesidades y a movilizarse para ulteriores luchas. Y es precisamente en este período revolucionario, que señala tan estrechos límites a toda labor cultural en gran escala, cuando con mayor intensidad se afianzará el proletariado, alcanzando máxima expresión su conciencia de clase. Y por el contrario, a medida que el orden social así establecido, se encuentre mejor resguardado de conmociones militares y políticas, más favorables serán las condiciones para la creación de una nueva cultura, al par que el proletariado comienza a disolverse en la sociedad socialista, perdidos sus peculiares caracteres de clase, dejando poco a poco de ser proletariado. En otras palabras: durante la dictadura, no podrá hablarse seriamente de crear una nueva cultura, si por tal entendemos su elaboración a nivel histórico superior. Al cesar aquella, al disolverse sus ligamentos de hierro, la edificación cultura, sin precedentes en la historia, no tendrá sin embargo un carácter de clase. De esto se deduce la consecuencia general de que no sólo no existe una cultura proletaria, sino que no existirá jamás, y que no habra porqué lamentarse de ello: el proletariado se apoderará del poder para acabar de una vez con todas las culturas de clase y abrir camino a una cultura de la humanidad. Y esto lo olvidamos algunas veces. Las habladurías sin forma ni fundamento acerca de una cultura proletaria, por analogía y antítesis respecto a la cultura burguesa, proviene de la comparación superficial entre los destinos históricos del proletariado y de la burguesía. El método puramente liberal de las analogías históricas formales nada tiene que ver con el marxismo. Entre las tendencias de la burguesía y las de la clase trabajadora no existe ninguna analogía material....